Se ha ido Hugo, alguien que puso el nombre de Venezuela en boca del mundo, alguien que nos hizo aprender cuales eran los colores de la bandera de su país, alguien que se nfrentó al poder más alto de ésta civilización. No me importa la ideología política o religiosa cuando un hombre tiene los testículos suficientes para plantarse ante los poderosos. No me importan los argumentos que ya conozco dentro de mi propio país y fuera de él también. No me importan las críticas porque sé de donde provienen, desde qué forma de concebir el mundo, desde qué forma de *graduar* los derechos sociales. Sólo me importan las lágrimas y el dolor de esos que nunca tuvieron voz, que nunca se sintieron seres humanos, que nunca pensaron en si podrían irse de vacaciones a Miami, hoy sólo me importa el dolor de un pueblo que despide al único venezolano que pensó en ellos en ésta modernidad atrofiada y podrida. Pido paz, pido unión, pido consuelo, para esos millones de seres que derraman lágrimas marrones...las lágrimas de quienes no tienen ni jabón para lavarse la cara, lágrimas de barro que no conocen de cremas porque no tenían ni siquiera qué comer. Caruchas de pobres sin liftings, sin haber subido jamás a un avión, caruchas de chicos con los mocos colgando porque en su casa no había ni para un trapo rgastado que limpiara sus narices.
Hasta pronto Hugo, con tus errores y limitaciones, pero con una vocación de hechar a patadas al opresor, al falsario, al depredador, al apátrida.
Hasta pronto Hugo, titán solitario con lengua como escudo y con agallas para filtrar el veneno de quienes no entienden que sin igualdad no hay felicidad.
Hasta siempre Hugo, argamasa inteligente que le puso el poder a una América Latina des-unida, que hoy es homogénea y fuerte ante los embates del modelo que viola a sus propios hijos del primer mundo.
Feliz morada Hugo, Usted se ha ido de gira y ha sembrado tantas semillas que el campo jamás conocerá de sequías, de calamidades y de plagas.
Se va a extrañar su labia intensa, su verborragia demoledora para los farsantes que mueven los hilos.
Mi más sentido pésame para los hermanos que en ésta jornada lamentan la ausencia de un luchador. Hoy, quienes sabemos de qué lado estar, estamos de duelo, y sé también que no vendrán a comentar con apoyo, porque difícilmente tengan una computadora y mucho menos una conexión de internet. No importa, yo sé que son millones y no sólo en Venezuela. Es la soledad aparente de quienes no tienen voz pero que gritan cada día tratando de que el mundo los escuche.
Hasta siempre Hugo, gracias, misión cumplida, que Bolívar lo reciba y que Dios le de su recompensa.
Gilgamesh***
fuente: http://tiemposllegados.blogspot.mx
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