Siempre
hablamos aquí del sistema, de la manipulación, del sometimiento. Es
deber, creo, de toda persona que se dice honesta, no sólo hacer la
crítica ajena, si no también asumir la propia. Y ésto viene a ser una
reivindicación, un acto de justicia moral, un desagravio, un ejercicio
de memoria imprescindible. Hay quienes nos han instalado la idea de que
para construir el futuro hay que dejar el pasado atrás y olvidar, sin
embargo no adhiero a ese principio cuando se trata de enterrar en el
olvido, aquellas páginas negras y vergonzosas de la historia. Una
historia que fué ocultada y disimulada, solapada y tergiversada. Me
refiero específicamente a lo que se dió en llamar, *la guerra de la
triple alianza*. Una Argentina bajo el primer atizbo de liberalismo
malsano de la mano de Mitre, las traiciones de Venancio Flores de
Uruguay y la infraestructura del otrora, expansionista Imperio del
Brasil. Cerebros que arrastraron aún a sus propios ciudadanos hacia una
guerra que no era nuestra, vidas enviadas a matar o morir en pos del
despojo propio y ajeno.Quiste maligno que permaneció y aún se retuerce
en nuestras sociedades. No
voy a explayarme demasiado porque para eso les voy a dejar cuatro
videos extensos realizados por la televisión pública de Argentina. Un
hecho vergonzante, despiadado y vil, que protagonizaron Argentina,
Brasil y Uruguay, contra el noble pueblo paraguayo. Por aquellos tiempos
el sueño de Francisco Solano López, se plasmaba en Paraguay, un sistema
precursor de revertir al sistema de despojo y hacer un país justo para
sus ciudadanos. Luego de confiscar para el Estado las miles y miles de
hectáreas arrebatadas a los pueblos originarios, Solano López decidió
distribuírlas a las gentes para ser explotadas y para ser habitadas,
algo que al sistema le resultó imposible de digerir. Paraguay llegó a
ser por ese entonces el país más desarrollado industrialmente en América
Latina. Fué un ejemplo que no debió cundir y contagiarse, según los
gobiernos imperialistas, y así, se aliaron los tres países para derrocar
al gobierno de Paraguay y llevar a cabo la matanza y el genocidio más
repugnante de la era moderna en éstas tierras. El
documental histórico está perfectamente respaldado por historiadores,
filósofos, descendientes de los cuatro países y los archivos históricos
que a nosotros nunca nos enseñaron en la escuela. Estamos hablando de
hechos que sucedieron apenas 100 años antes de que yo naciera, por
ejemplo. Uno puede entender el odio que aún se profesa contra la
Argenina y los argentinos, porque es imposible reclamar el olvido a
quien se le ha ocasionado un daño semejante como el que se le inflingió
al hermano país del Paraguay. Pasarán las generaciones y resultará
imposible saldar aquél desastre, no veo más que ésta forma al menos, que
es una obligación de consciencia difundir, al menos ésto...que es muy
poco, pero lo hago con un profundo recogimiento, con muchísimo dolor,
con culpa, aunque uno haya nacido 100 años después y mis ancestros
llegaron mucho después desde España, se siente un enorme dolor que sólo
pueden sentir quienes nos consideramos gentes de buena voluntad. Vaya
con éste post, la reivindicación a mis hermanos, la lágrima que será
eterna y el azote para nuestro idiota y nefasto nacionalismo de
perogrullo, por lo menos me hago cargo del que le toca a éste, mi país,
país que quiero porque es mi casa, pero en mi querer me va también el
sentimiento de justicia y de reproche interior, para que jamás de los
jamaces un brazo argentino se alce contra nuestros hermanos. Malditas
fronteras inventadas por los hombres, botines de la naturaleza al
servicio de una identidad que en realidad es igual de un lado y del otro
de un río o una montaña. El recuerdo también para aquellos inoicentes
de Paysandú, quienes fueron el chivo expiatorio para iniciar un plan
nefasto que luego se extendería hasta el Paraguay. Ríos teñidos de
sangre hermana, poderío y sistema opresor, maldita ideología que hizo
escuela, igual que hoy...nada cambió excepto la manera de robar,
esquilmar y asesinar a quienes se atreven a negarse a vivir dentro de el
sistema. No alcanza, lo sé, ni alcanzará jamás, para hacerle sentir a
mis hermanos de Paraguay el inmenso dolor y la verguenza de vivir bajo
una bandera que fué enarbolada subrepticiamente, para llevar a cabo una
de la satrocidades más repugnantes de éste continente. Perdón
Paraguay, nada les he hecho nunca, más que amarlos como a todos, pero
sé que nunca va a alcanzar, al menos tomo éste material en nombre de
quienes como yo, sentimos la misma verguenza y el mismo dolor profundo,
muy profundo...Aquella no fué la causa ni de San Martín ni de Belgrano,
fué la causa de un grupo de poder y sometimiento muy opuesto a los
ideales de una América unida, aquellas páginas negras de nuestra
historia fueron tapadas como quien tapa la verguenza, pero que es
inocultable. Afortunadamente hoy éstas páginas salen a luz pública, y no
es casualidad en éstos tiempos finales. Ya sé que a muchos no ha de
interesarle consumir los cuatro videos, tal vez menos a quienes son
ajenos geográficamente, pero yo les pido encarecidamente que guarden
éste material y lo vean en algún momento y que lo difundan masivamente.
Es lo mínimo que podemos hacer, muy poco contra algo irreparable, tantas
lágrimas no aplacarán jamás aquella terrible historia sufrida por mis
hermanos de Paraguay. Gilgamesh***
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